martes, 30 de junio de 2009

En la niebla


Ningun árbol ve al otro.
cada uno está solo.

Herman Hesse.

domingo, 14 de junio de 2009

Alguito Fresco



El rojo, el calor, el vidrio, el estanque, el monte.
La tormenta, la Momi, las toallas, la Virgen.
El pelo, el hijo, el auto, el perro, el diente.
Cine Argentino, La Cienaga de Lucrecia Martel.
No es casual que esta sea la primera entrada, mi primera entrada al mundo del blog. No es casual es un homenaje.
Si el aire alguna vez pudo ser tan denso fue en la cienaga, si el calor me detuvo, fue al ver la cienaga.
La depresión, el sin futuro, la silla raspando contra el suelo, el circulo vicioso, el no-lugar son la Cienaga. Las camas como mundos, la sangre y el vino como la creación misma, como la virgen en el tanque, como Mecha sin luz y el viaje a Bolivia. Los útiles y el no respirar de Luchi. Las bombitas y el ventilador. Martel ejecuta con una cámara que bucea por entre la casa penumbrosa y encuentra, detrás de alguna cortina de baño el germen, el secreto, el vinculo, el lazo que los arrastra a todos. El ojo tuerto de Joaquin y los años que pasan, el aire denso y la chicas trayendo movimiento a ese mundo, a ese mundo que subyuga, a ese mundo estéticamente siniestro donde la tormenta anuncia algo mas.
Si alguien a quien admiro es Martel por darle a mis sentidos La Cienaga.